El cese de la violencia, que se inició en abril con una primera tregua de dos meses y que ya se ha renovando dos veces, ha propiciado el periodo más largo de calma relativa en Yemen desde que se inició la guerra en 2014.
Ahora, Naciones Unidas no quiere sólo que se vuelva a prorrogar, sino que se haga permanente y se amplíe con nuevos compromisos que permitan, entre otras cosas, reabrir las carreteras que permanecen bloqueadas en zonas del país y que se paguen los salarios de los funcionarios públicos.