El Ejecutivo italiano acogió con "plena sintonía" la decisión europea de establecer un "techo razonable" para los pagos en efectivo, una medida con la que se pretende acotar el blanqueo de capitales y otros fenómenos como la economía sumergida, según fuentes gubernamentales.
La cuestión de los pagos en efectivo es bastante controvertida en Italia, un país con un alto nivel de evasión fiscal (en 2019 se situó en 99.200 millones de euros).