Al presentar en sesión plenaria los proyectos de ley orgánica que rigen el proceso electoral, el ministro señaló que la etapa actual requiere la implicación de todos en los esfuerzos por modernizar los mecanismos y las reglas de las elecciones de las instituciones representativas, a fin de acompañar la evolución y los cambios que experimenta el Reino en diferentes ámbitos y hacer frente a los desafíos.
El sistema legislativo presentado a la Cámara de Representantes, subrayó Laftit, es de gran importancia para el proceso político del país y la regulación del nivel de representación nacional, en la medida en que sienta las bases para la organización de las próximas elecciones en un clima de sana y justa competencia y la moralización del proceso electoral, de acuerdo con las altas instrucciones de Su Majestad el Rey Mohammed VI.
"Lo que es motivo de satisfacción es la convicción positiva de todos los actores políticos que expresaron durante todas las etapas de las consultas políticas y durante el examen de las leyes electorales en comisión, una visión optimista para promover la práctica política y una voluntad común para garantizar la credibilidad del proceso electoral", continuó el ministro.
Para el ministro del Interior, esta satisfacción proviene también del sentido de la responsabilidad que marcó las posiciones de los organismos políticos y de las interesantes intervenciones durante las reuniones de la Comisión, reflejando la voluntad común de dinamizar el campo partidario e infundir el entusiasmo y la movilización deseados en las diferentes composiciones de la sociedad, para una participación masiva en las próximas elecciones, la consolidación de la cultura de la sana y justa competencia entre las partes interesadas, así como para el desarrollo de la acción política en el país.
El responsable gubernamental no dejó de afirmar que la voluntad común del parlamento, del gobierno, de los partidos políticos y de la sociedad civil de asegurar el éxito de las próximas elecciones será la mejor garantía para desplegar todos los esfuerzos y responder a las aspiraciones del pueblo marroquí, en lo que se refiere a la instauración de instituciones elegidas eficaces y creíbles y al surgimiento de élites cualificadas, que gocen de confianza y de legitimidad representativa y que sean capaces de asumir el papel que se les asigna.