El director general del Organismo indicó en videoconferencia con el ministro peruano de Relaciones Exteriores, Óscar Maúrtua de Romaña, que el uso de una serie de técnicas nucleares servirá para recopilar los datos científicos que precisan las autoridades para manejar eficazmente el impacto del vertido y superar la crisis medioambiental.
"El OIEA adoptará medidas inmediatas para ayudar al Perú a abordar esta grave situación, que pone en riesgo el valioso entorno costero del país y su economía sustentada en la pesca", señaló Rafael Mariano Grossi.
La última actualización proporcionada por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que se vertieron unos 6.000 barriles de petróleo que afectan a más de 700 hectáreas de agua y 180 de costa.
Las corrientes marinas estarían arrastrando el petróleo hacia el norte causando más daños ambientales y amenaza la salud y los medios de vida de las comunidades costeras cercanas.
El máximo responsable del Organismo añadió que la misión partirá próximamente con expertos “de primera categoría y un potente equipo de monitorización” que servirán para “marcar una diferencia tangible en la lucha del Perú contra esta emergencia ambiental”,
El arribo de los expertos coincide con la declaración de emergencia ambiental durante 90 días que el gobierno de Perú hizo con el propósito de controlar el vertido ocurrido el sábado 15 de enero cuando un buque petrolero descargaba el combustible para la refinería La Pampilla, operada por una empresa española.
La refinería se encuentra cerca del distrito de Ventanilla, una zona densamente poblada y con altos niveles de pobreza.
La contaminación por hidrocarburos sigue extendiéndose y ya ha alcanzó el distrito vecino de Ancón, a dos reservas marinas nacionales y, más recientemente, el puerto norteño de Chancay.
Las autoridades describen la situación como el peor desastre ecológico de la historia reciente de Perú.
La compañía en cuestión afirma que el derrame se produjo debido al fuerte oleaje producido por la erupción submarina del volcán ubicado frente a la isla de Tonga, en el Pacífico Sur, registrado el mismo día.
Las autoridades del país abrieron una investigación por el presunto delito de contaminación ambiental.
La declaración de emergencia ambiental cubre todas las áreas afectadas por el vertido de crudo, que por el momento afecta una extensión de tres kilómetros cuadrados de costa y mar, aunque con las mareas la zona de desastre es mayor.
Mientras la mancha de crudo se desplaza hacia el norte por efecto de las corrientes marinas, las autoridades peruanas han cerrado 21 playas e informaron que las afectaciones incluyen 512 hectáreas en los Islotes de Pescadores de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, además de casi 1.800 hectáreas en la Zona Reservada Ancón.