Naciones Unidas espera que las principales economías crezcan en 2022, pero a un ritmo claramente inferior de lo que calculaba en enero, cuando había presentado sus proyecciones más recientes.
El conflicto ucraniano y su impacto en los precios de energía y alimentos, el repunte generalizado de la inflación y el endurecimiento de las políticas monetarias para responder a esa situación son los principales factores en el cambio.