"Está claro que la declaración argelina está alimentando el antisemitismo al intentar atacar la creencia judía", dijo el experto estadounidense en el programa "Con Marruecos desde Washington", emitido el domingo por la noche por Medi1TV, destacando que Marruecos no necesita ir a Tel Aviv para pedir ayuda sobre cómo tratar con Argelia, ni siquiera a la comunidad judía de Marruecos o de la Unión Europea.
Es realmente obsceno y antisemita basar sus críticas en el sionismo y el judaísmo, prosiguió el experto, quien era uno de las principales consejeros en política exterior del Departamento de Estado, argumentando que quien escribió este despacho quería provocar una guerra de declaraciones, algo que no interesa ni a Argelia ni a su notoriedad, ni a ambos países a largo plazo.
Por su parte, el presentador del programa, el ex portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, el embajador Adam Erly, señaló que la emisión de la APS de un despacho en el que acusaba a siete diputados europeos de ser manipulados por un grupo de presión marroquí-sionista es un ataque tanto a Marruecos como al Parlamento Europeo.
Este ataque se produce en un momento en que Argelia atraviesa una crisis política, económica y constitucional, subrayó, recordando que el pueblo argelino se ha rebelado contra la corrupción del gobierno que ignora sus demandas y prohíbe toda forma de expresión de opinión.
Por su parte, los otros dos interventores, David Pollock, investigador del Washington Institute for Near East Policy y JD Gordon, ex portavoz del Pentágono, subrayaron que los medios de comunicación argelinos, encabezados por la agencia de prensa oficial, recurren a la mentira y al antisemitismo para exportar las tensiones internas a los países vecinos, sobre todo teniendo en cuenta que Argelia se enfrenta a una crisis sin precedentes, sosteniendo que esta guerra de declaraciones encabezada por Argel emana de una posición de debilidad y no de fuerza.
Recordando que Argelia tiene relaciones inestables con sus vecinos, ya que a menudo trata de crear crisis con su entorno, los interventores consideraron que existe una falta de confianza por parte del Parlamento Europeo hacia Argelia, que ahora es percibida negativamente por esta institución europea.