Así, en su informe al Consejo de Seguridad, de fecha 23 de septiembre de 2020, que se está examinando por el Consejo, Guterres se refiere, en dos párrafos distintos, a este separatista notorio como mero "representante del Polisario en Nueva York" y de ningún modo "representante ante las Naciones Unidas".
No es la primera vez que el jefe de las Naciones Unidas recuerda el verdadero estatus de este mercenario que no es sino un mero residente en la ciudad de Nueva York. De hecho, la misma referencia como "representante del Polisario en Nueva York" se encuentra en los informes anteriores del secretario general al Consejo de Seguridad de la ONU.
Estas referencias del jefe de las Naciones Unidas demuestran claramente que ni el "polisario" ni sus "representantes" gozan de ningún estatus en las Naciones Unidas, y mucho menos de una representación en la organización internacional, compuesta exclusivamente por Estados miembros soberanos.
Con esta nueva reafirmación, Guterres pone al descubierto, una vez más, las recurrentes mentiras del Polisario por las que busca desesperadamente una legitimidad que ningún organismo de la ONU se digna concederle.
El secretario general de la ONU también deja al descubierto la usurpación por este separatista del estatus y función del supuesto "representante ante la ONU", aunque no aparece en ninguna guía o documento de la ONU, ya que dicho estatus sólo se concede a los representantes de los estados miembros debidamente acreditados ante la Organización.
Con sus claras e inequívocas afirmaciones, Guterres han barrido de un plumazo las pretensiones falsas y las ilusiones que los líderes de la entidad separatista tratan en vano de vender a las poblaciones secuestradas en los campos de Tinduf. Afortunadamente, estas últimas han desenmascarado la verdadera naturaleza despótica de este movimiento armado. De ahí la proliferación, tanto dentro como fuera de los campos, de protestas y movimientos de protesta contra el engaño y la seudo legitimidad de este movimiento separatista.