Financiado por la Unión Europea (UE) y el Ministerio Federal alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), el THAMM se concibe como un programa subregional que tiene por objeto ofrecer a los países del África del Norte oportunidades de migración y movilidad laboral, mediante el establecimiento de planes de movilidad con determinados países de la UE. Se basará en las normas y marcos internacionales existentes para promover la migración laboral justa.
En esta ocasión, el ministro de Trabajo e Inserción Profesional, Mohamed Amkraz, señaló que el Reino ha puesto en marcha, desde 2013, una estrategia nacional de inmigración y asilo, de conformidad con la visión ilustrada de Su Majestad el Rey Mohammed VI y los acuerdos internacionales vigentes.
A este respecto, el responsable gubernamental examinó las medidas adoptadas por Marruecos para llevar a cabo su estrategia de inmigración y asilo, incluida la apertura del mercado laboral a los migrantes legales y el acceso a una educación de calidad para los hijos de los migrantes.
Por su parte, el jefe de Cooperación y Ministro Consejero de la Delegación de la UE en Marruecos, Philip Mikos, destacó que este proyecto de cooperación tiene por objeto garantizar a los migrantes legales el respeto de sus derechos, así como oportunidades de formación y calificación, en particular en Marruecos.
Asimismo, declaró que este programa tiene el ambicioso objetivo de fortalecer la gobernanza de la migración laboral en Marruecos, Túnez y Egipto y ampliar las oportunidades de trabajo en Europa para los profesionales de esos tres países, y añadió que el THAMM es el primer programa de la UE que se basa conjuntamente en la cooperación entre un país asociado y diferentes Estados miembros (Alemania y Bélgica) para mejorar la movilidad de los países asociados a Europa.
Por su parte, el director de Asuntos Consulares y Sociales del Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Mohamed Basri, afirmó que el Mediterráneo debe seguir desempeñando su papel de "mediador" entre las culturas árabe, africana y europea, señalando que Marruecos ha sido, desde los albores del tiempo, una tierra de acogida y una encrucijada de civilizaciones.
Basri subrayó que el proceso de migración era un activo para el desarrollo sostenible y un vector para la transmisión de la riqueza, y afirmó que Marruecos había estado trabajando para lograr este objetivo bajo las altas directivas de Su Majestad el Rey Mohammed VI.