En un artículo de su autor, Talaa Saoud Al-Atlassi, la publicación subraya que desde la liberación de seguridad y pacífica del paso de El Guergarat, Argelia se lanzó en la (redacción) de artículos de contenido militar, que "cuentan" ataques y bombardeos de las milicias del "polisario" contra sitios militares marroquíes a lo largo y al oeste del muro de seguridad", señalando que "estos comunicados llevan la firma del +polisario+ pero están redactados en los despachos de la dirección argelina y publicados por la agencia de noticias oficial de este país".
Estos comunicados "informan de centenares de víctimas, de vehículos y de barricadas destruidas, con la única prueba de un humo que se eleva en el cielo, visto de lejos", prosigue el autor, indicando que "nada de esto fue visto por nuestros ciudadanos en las ciudades y campos saharauis marroquíes, ni por la MINURSO encargada de hacer respetar el alto el fuego, ni se encontró el menor eco de ello en los medios de comunicación internacionales ni fue captado por los satélites de las grandes potencias enfocados con precisión sobre la región".
Mediante estas publicaciones, Talaa Saoud Al-Atlassi explica que Argelia busca, a través del canal del "polisario", convertir estas mentiras, a fuerza de repetirlas, en una verdad, con el objetivo de "hacer creer al mundo que Marruecos viola el acuerdo de alto el fuego de 1991", mientras que es el polisario el que sigue "deleitándose" con sus disparos lanzados en la zona sin la mínima respuesta de las fuerzas marroquíes, y continúa levantándose contra las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para insinuar y repetir que no hay más solución para el Sáhara que el referéndum de autodeterminación".
El autor agrega que "desde 2004, el Consejo de Seguridad ha ido mejorando su resolución en función de la interacción internacional con el conflicto, hasta llegar a la fórmula actual, adoptada en octubre de 2020, y que llama a una +solución política realista, pragmática y duradera, basada en el consenso+ sin ninguna referencia al referéndum de autodeterminación".
Esta resolución cita además a Argelia como parte interviniente en el diferendo, "después de años en los que Argel se ha hecho pasar por un simple apoyo a un movimiento, sin injerencia en su conflicto con Marruecos", añade la publicación, señalando que "esta misma Argelia se activa hoy con entusiasmo contra la legitimidad internacional".
Por otra parte, Talaa Saoud Al-Atlassi escribe que estos comunicados no podrán en ningún caso obstaculizar las acciones de la diplomacia marroquí en defensa de un derecho nacional, reforzada por las resoluciones del Consejo de Seguridad y apoyada por los recientes acontecimientos políticos, subrayando que "esta diplomacia saca su legitimidad de su eficacia en una región africana muy sensible, una región que dispone ahora, en la gestión geoestratégica internacional, de orientaciones para hacer frente a los peligros y amenazas que la acechan y que afectan también a la vecindad mediterránea".
"Esto es lo que la dirección argelina, que atraviesa una etapa de confusión que le impide prestar la más mínima atención incluso a los cambios internos, aún no ha realizado", prosiguió, calificando a este país de "atormentado por el pasado y cerrado tanto al presente como al futuro y que vive de la nostalgia de las glorias de la guerra de liberación".
“El hirak argelino expresa hoy la angustia de millones de argelinos, el ahogo de sus esperanzas y su dolor creciente en su país", agrega el autor, considerando que Argelia necesita reformas globales en todos los sectores, pero también en términos de gobernanza.
En este sentido, el autor del artículo afirma que Argelia es un país que "sólo se preocupa por los intereses de sus generales, se empeña en atizar las crisis dentro y fuera del país, y sólo cosecha fracaso y decepción". A juzgar por su aislamiento diplomático y por su desviación del realismo político".
"Parece que la dirección argelina se divierte, con entusiasmo, con declaraciones y movimientos del mismo tipo de operaciones de relaciones públicas que emanan de este país. Operaciones ineficaces, lejos de ser serias e incompatibles con la evolución de la cuestión del Sáhara marroquí y los contextos de sus interacciones internacionales", subrayó.
En este sentido, el autor indica que la Asociación Internacional de Juristas Demócratas Argelinos envió una carta al Consejo de Seguridad sin ninguna referencia legal o jurídica, tanto en la forma como en el contenido, y sin la mínima relación con los derechos humanos.
Esta carta, continuó, "redactada por un novato de la izquierda infantil, recogió las alegaciones del "polisario" y de Argelia, incluyendo únicamente las declaraciones de un representante de la entidad ficticia. Este último, impregnado de odio, dio una imagen de Marruecos, sin ninguna investigación, ni documentación o referencia, especialmente del Sáhara marroquí, donde reina un clima de euforia y de democracia".
Es sobre la base de este clima democrático que Marruecos estableció su sistema político y sus estructuras sociales, profundizando la dimensión de los derechos humanos en su gobernanza, teniendo en cuenta que el Consejo Nacional de Derechos Humanos y sus mecanismos regionales en el Sáhara son objeto de una apreciación internacional, principalmente por parte de las Naciones Unidas y sus mecanismos de defensa de derechos humanos.
Por todas estas razones, Talaa Saoud Al-Atlassi llamó a los dirigentes argelinos a “deshacerse de los males de la situación actual y a tratar con la seriedad necesaria los acontecimientos políticos que motivaron su diferendo con Marruecos sobre su Sáhara y abrir una nueva dinámica susceptible de ayudar a Argelia a servir a su pueblo estando servida por sus vecinos".