Mientras que los militares argelinos, que ostentan el poder real en Argelia desde hace décadas, deben afinar su arsenal de represión para acallar la más mínima protesta política cuando se acerca el 22 de febrero, segundo aniversario del lanzamiento del Hirak argelino, "El gran temor de los argelinos que aspiran a manifestarse pacíficamente por sus derechos políticos y económicos es que este régimen prefiera sumir al país en una guerra civil antes que ceder una parte de su poder", afirma Mustapha Tossa en un análisis titulado "Argelia, el régimen pirómano".
En cuanto a los países vecinos de Argelia, la gran inquietud es ver cómo "este régimen adopta una postura pirómana con la estrategia de desviar la atención nacional hacia un enemigo exterior y esperar crear una unión en torno a su política y hacer imprescindible su mantenimiento en el poder", afirma el autor en este análisis publicado en el sitio Atlasinfo.
En este sentido, Mustapha Tossa precisa que "la campaña de denigración de una rara bajeza dirigida por el régimen argelino contra las instituciones de Marruecos", forma parte de este contexto.
Según el politólogo, "el régimen argelino empieza a aparecer, a medida que se desarrollan los acontecimientos, como un peligro real para la paz civil argelina y regional”. "No sólo practica una política económica y social que llena a diario los barcos de la inmigración ilegal hacia Europa, sino que hace temer una actitud suicida para mantenerse en el poder".
Además, el autor afirma que "se teme que la explosión social y política se produzca en cualquier momento, hasta el punto de que algunos países europeos ya empiezan a prever escenarios al estilo de Siria, que verían oleadas de refugiados argelinos dispersos por toda la región y amenazando la estabilidad de estos países".
Asimismo, Tossa subraya que "hoy más que nunca, la comunidad internacional, del mismo modo que se moviliza por los iraníes, sirios, iraquíes y libaneses, debe movilizarse para arrojar luz sobre las actitudes de esta institución militar argelina".
La comunidad internacional debe también "acudir en ayuda del pueblo argelino, rehén desde hace décadas de una junta militar que no tiene nada que envidiar en cuanto a autoritarismo, autismo político e impulsos suicidas a los mulás iraníes o a los que están en el poder en Corea del Norte", afirmó.