“El próximo lunes 22 de febrero Argelia conmemorará un penoso aniversario. El movimiento de resistencia civil conocido como “Hirak” cumplirá dos años de protestas antigubernamentales semanales ininterrumpidas”, indicó el autor del artículo, el experto argentino Adalberto Agozino.
Los disturbios en las calles no han cesado, ni siquiera con la dimisión del ex presidente, Abdelaziz Bouteflika, señalan la agencia de noticias argentina, indicando que “las elecciones amañadas de diciembre de 2019 que consagraron como presidente a su exministro Abdelmejid Tebboune, la represión y encarcelamiento de militantes y periodistas independientes o las restricciones a los desplazamientos impuestas por la pandemia del coronavirus Covid 19.
Para la agencia de noticias que cita el think thank estadounidenses Middle East Institute de Washington, los argelinos “no creen demasiado en las promesas de reformas escenificadas por los mismos actores que dirigen el país desde sesenta años”.
Las protestas se iniciaron el 22 de febrero de 2019, en Kherrata, al este de Argel, antes de extenderse como reguero de pólvora por todo el país, recuerda Agozino, añadiendo que “el detonante fue el anuncio de que el presidente Bouteflika, confinado a una silla de ruedas por un accidente cerebro vascular desde 2013 y con limitadas capacidades de habla, de presentarse con sus ochenta años como candidato a un quinto período presidencial consecutivo”.
Pero, las causas del descontento popular iban mucho más allá de la reelección del anciano presidente y radicaban en el agotamiento de un régimen sociopolítico que condena a la masa de su población a vivir en la pobreza sin esperanzas de mejorar su situación, subrayó Total News Agency.
La paradoja, prosigue la agencia de noticias, es que “en Argelia, país con una población de cuarenta y cuatro millones de habitantes que tienen una edad promedio de 29 años, el poder está en las manos del mismo núcleo de dirigentes que tras casi una década de lucha anticolonialista forjaron la independencia”.
De hecho, “los luchadores del FLN fueron también quienes desde un primer momento, en plena Guerra Fría, repudiaron la democracia e instauraron un régimen policial y autoritario de partido único bajo la inspiración soviética”, deploró la misma fuente.
Dicho régimen, precisó Agozino, “baso el desarrollo del país en la explotación intensiva de sus grandes recursos en hidrocarburos. Es así como actualmente el petróleo y el gas proporcionan el 60% del presupuesto estatal y el 95% de los ingresos totales por exportaciones”, añadiendo que la economía de Argelia depende de estas dos materias primas sin apenas tejido industrial y con una agricultura precaria que no alcanza a cubrir las necesidades de su propia población.
“Pero, al igual que ocurre en la Venezuela chavista, ni la industria petrolera parece funcionar. El gobierno argelino trata de mantener niveles normales de suministro de petróleo y gas debido a una creciente demanda interna, mientras que la falta de inversión en exploración e infraestructura no permite la reposición de reservas”, explicó el autor del artículo.