En el Consejo del organismo se analizará el protocolo y los procedimientos de distribución y vacunación en los distintos países a fin de ultimar los detalles legales, organizativos y logísticos de la vacunación contra el COVID-19 a la familia del fútbol sudamericano.
La institución, que nuclea a las asociaciones de fútbol nacionales de América del Sur indicó que la vacunación “comenzará con los planteles que disputarán la Copa América y los que se encuentran participando en los torneos internacionales de la CONMEBOL hasta llegar a los equipos femeninos y masculinos de la máxima categoría de cada país”.
Además, destacó que las dosis también se aplicarán a los respectivos cuerpos técnicos y asistentes de cada club y continuará con los árbitros y el personal operativo que interviene en la organización de los partidos.
Es importante destacar que la vacuna no es obligatoria de ningún modo y el jugador que elija no inmunizarse no será penalizado ni excluido de las competiciones.
También la Conmebol informa que las vacunas fueron “especialmente fabricadas para su destino en el fútbol sudamericano”, y que “de ningún modo se trata de vacunas que estaban destinadas a otro objetivo”.
El presidente de la confederación, Alejandro Domínguez Wilson–Smith en pleno ejercicio de su segundo mandato, agradeció a mediados de abril al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y a las autoridades de ese país por "la gestión rápida y eficaz para este logro que no tiene precedentes en el fútbol mundial".
Los departamentos de Asuntos Legales y Médicos de las Asociaciones Miembro de la Conmebol coordinarán el operativo de vacunación que, según la institución, “representa una contribución importante a las campañas de inmunización que llevan adelante los distintos gobiernos”.
De acuerdo al comunicado de la entidad deportiva, la campaña reviste un carácter importante “ya que el beneficio llegará no solo a jugadores, técnicos y árbitros, sino también en forma indirecta a sus entornos familiares”.