"Marruecos es dos fachadas marítimas: atlántica y mediterránea. Una puerta de entrada a Europa. Y un corredor imprescindible para acceder a África Occidental. La hostilidad de sus vecinos se basa esencialmente en estos datos obstinados", indica el editorial de BAB, firmado por Khalil Hachimi Idrissi, Director General de la Agencia Marroquí de Noticias (MAP).
"Una masiva cordillera del Atlas modera el clima según las distintas estaciones y alimenta una actividad fluvial excepcional. Las llanuras nutritivas, amparadas en su mayoría por el litoral, trabajadas por agricultores valientes y dedicados, estimulados por una ambiciosa política nacional, ofrecen una producción alimentaria como ninguna otra en la región", subraya Hachimi Idrissi en este editorial titulado "Lo que es Marruecos".
Según la revista, el propio sistema urbano se basa en formaciones urbanas imperiales que dan una densidad urbana histórica a todo el entramado, con una serie de nuevas ciudades que vienen a relevar al conjunto con inteligencia y una oferta de servicios que va mejorando día tras día.
"Todo ello animado por una red de consejos electos, que dan vida a una innegable y perfectible democracia local, y por una red de agentes de autoridad, cada vez más jóvenes -y por tanto conscientes de lo que está en juego socialmente y del sentido del servicio público-, y cada vez más expertos en desarrollo sostenible", continúa el editorialista de BAB.
"Este conjunto nacional, dinámico y vivo, se apoya en grandes equipamientos estructurantes que dan a toda la zona un ritmo frenético de desarrollo", destaca la revista, citando una impresionante red aeroportuaria, excepcionales plataformas marítimas en torno a los principales puertos de África y del Mediterráneo, y una red de autopistas que da sentido y notable accesibilidad a todas las grandes infraestructuras del país.
El editorial de la revista mensual de la MAP señala también que el posicionamiento de Marruecos en las profesiones del futuro: el automóvil y su ecosistema, la aeronáutica, la deslocalización, la electrónica, la industria farmacéutica, etc., permitió al país ampliar su abanico de actividades industriales creadoras de empleo y apoyar actividades más tradicionales y generadoras de divisas, como el turismo, los fosfatos o las remesas de los MRE.
"El propio sistema de protección social se orienta actualmente, gracias a una decisión Real muy fuerte, hacia la universalidad. Se está construyendo una renta mínima de dignidad, además de una atención médica para todas las categorías de la población, independientemente de su condición de activos o inactivos", precisa BAB, recalcando que la cultura dominante en el país es pacífica, tolerante y respetuosa con las diferencias.
"Muchos afluentes la riegan. Ya sea amazigh, árabe, africano, hassani o judío, la unidad de la cultura marroquí se nutre ventajosamente de todos estos afluentes sin excepción", añade el editorial, estimando que esto da "un bloque sociocultural vivo y creativo, cuyas raíces sumergen en un sustrato del Islam del justo medio suní y del rito malekita".
"La Monarquía marroquí es la piedra angular de este sistema", sostiene la revista, agregando que "la Constitución la otorga un papel de arbitraje y de equilibrio, al tiempo que marca una clara separación de poderes".
"Queda que la expresión política de esta Monarquía se beneficia de una densa y excepcional legitimidad histórica que hace que el pueblo esté directamente en fase, en resonancia y en interacción con ella sin pasar necesariamente por un intermediario", resalta el editorialista.
"La estabilidad del régimen marroquí se mide exclusivamente por este criterio. Y quien no haya entendido esto, como especialmente el presidente argelino A. Tebboune, no entenderá nada en su vida".