Esta medida se produce en medio del conflicto que afronta al país árabe con Etiopía, que insiste en acabar la construcción de una gran presa en el río Nilo.
Esta nueva ley tiene como objetivo gestionar los recursos hídricos de Egipto de una forma más eficiente, granizar una justa distribución del agua, imponer técnicas adecuadas para su gestión, proteger sus acuíferos y asegurar su sostenibilidad, según explicó la agencia de noticias estatal egipcia, Mena.
Asimismo, con esta nueva norma, El Cairo aspira a garantizar la seguridad de los 55.000 kilómetros de cursos de agua del país y sus 48.000 instalaciones, añadió la misma fuente.