"Las empresas observan con gran preocupación la evolución de la pandemia de cara al próximo otoño", señaló el presidente de la BDI, Siefgried Russwurm, quien calificó de "decepcionante" la política de contención del coronavirus si se tienen en cuenta "las crecientes cifras de contagio y la considerable injerencia en los derechos fundamentales".
Agregó que a la doble crisis por los problemas de suministro derivados de la pandemia y las consecuencias de la guerra en Ucrania "se suma la amenaza de una gran falta de personal debido a la situación epidémica, que podría suponer una carga grave para gran parte de la economía alemana".