En su intervención en la reunión de emergencia de ministros árabes de Asuntos Exteriores, celebrada por videoconferencia, el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, condenó los discursos de odio de algunas organizaciones religiosas extremistas israelíes.
Bourita subrayó que el Reino "comparte con sus hermanos de los países árabes los sentimientos de profunda inquietud por los violentos acontecimientos ocurridos en la ciudad santa de Al-Quds, especialmente en el barrio de Sheikh Yarrah, que se enfrenta a planes sistemáticos de expulsión de sus residentes en medio de la escalada de los ataques israelíes contra los habitantes de Al-Quds, y de las redadas, detenciones e intimidaciones de fieles pacíficos durante el bendito mes de Ramadán".
La continuación de estas prácticas no haría más que aumentar los factores de escalada y tensión, así como la prevalencia del discurso del odio, disminuyendo así las posibilidades de paz en la región y sumiendo la causa palestina y la ciudad santa de Al-Quds en un conflicto religioso e ideológico, advirtió.
El Reino de Marruecos sitúa la cuestión palestina y la ciudad santa de Al-Quds en el primer plano de sus preocupaciones, recordó, reafirmando la posición firme y clara de Marruecos, bajo el liderazgo de SM el Rey Mohammed VI, Presidente del Comité de Al-Quds, en el apoyo y la defensa de la causa palestina, y su adhesión a un arreglo pacífico conforme a la solución de dos Estados acordada a nivel internacional con las fronteras de 1967 y Al-Quds Oriental como capital del Estado palestino.
SM el Rey, en su calidad de Presidente del Comité de Al-Quds, seguirá defendiendo el estatus especial de Al-Quds y el respeto de la libertad de practicar los ritos religiosos para los adeptos de las tres religiones monoteístas, prosiguió el ministro, agregando que el Soberano no escatimará ningún esfuerzo para proteger el carácter islámico de la ciudad santa, preservar la sacralidad de la mezquita Al-Aqsa y defender la identidad histórica de esta ciudad como tierra de coexistencia entre las religiones monoteístas.