A partir de otoño de 2022 y a lo largo de un año, los seleccionados serán sometidos a simulacros de situaciones de estrés en el espacio, que ayudarán a investigar métodos y tecnología que sirvan para resolver y evitar problemas potenciales en misiones tripuladas, explica la agencia aeroespacial en su página web.
En total habrá tres simulacros y en cada uno participarán cuatro voluntarios. Los experimentos se desarrollarán en un módulo habitacional impreso en 3D de unos 158 metros cuadrados.
En ese espacio se emularán las condiciones en Marte, como las limitaciones de recursos, posibles fallos de equipo, retrasos en las comunicaciones y otros factores ambientales que pueden causar estrés en una tripulación real.